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Fuente: Gonzalo Pajares/Peru21.com
Polémica, deslenguada, purita garra... así es Natalia Málaga, una de nuestras grandes voleibolistas. Hoy forma nuevos valores. Que le copien la fibra.
Oueremos tanto a Natalia Málaga porque siempre dejó todo por el Perú en una cancha de vóley. Hoy es la entrenadora de nuestra selección juvenil y dirige la Escuela de Campeones de San Borja, una iniciativa de la municipalidad de ese distrito para formar a los deportistas peruanos del mañana. Que se parezcan a Natalia.
¿La derrota frente a Rusia en Seúl fue tu día más triste?
No, porque para mí fue una alegría obtener una medalla olímpica. Siempre duele perder, pero la medalla de plata fue el premio al esfuerzo de años que hicimos.
No, porque para mí fue una alegría obtener una medalla olímpica. Siempre duele perder, pero la medalla de plata fue el premio al esfuerzo de años que hicimos.
¿El cariño de la gente cambió esa medalla de plata en oro?
Sí. Siempre lo dicen. Y si alguna de nosotras sintió tristeza fue, más que por la derrota, porque se acababa un ciclo y el equipo se desintegraba: todas nos fuimos a jugar a distintas partes de Europa, y ya no íbamos a jugar más juntas.
Sí. Siempre lo dicen. Y si alguna de nosotras sintió tristeza fue, más que por la derrota, porque se acababa un ciclo y el equipo se desintegraba: todas nos fuimos a jugar a distintas partes de Europa, y ya no íbamos a jugar más juntas.
¿Te sentías mejor que la Tait?
Cada una con su personalidad demostraba su valía. Y aunque hoy yo aparente tener más carácter, en ese equipo todas éramos líderes, nadie se quedaba atrás.
Cada una con su personalidad demostraba su valía. Y aunque hoy yo aparente tener más carácter, en ese equipo todas éramos líderes, nadie se quedaba atrás.
¿Es cierto que eras la más traviesa, que apagabas los interruptores a zapatillazos?
(Ríe). Es que me gustaba hacer puntería (risas). Así éramos todas.
(Ríe). Es que me gustaba hacer puntería (risas). Así éramos todas.