Ver flamear la bandera de tu país por todo lo alto, debe ser el momento más emotivo -y soñado- para todo deportista. Ponerte la mano en el pecho y entonar las sagradas notas del himno de tu patria y que este resuene en todo el escenario deportivo, deber ser una experiencia inolvidable. ¿Qué pasará por la mente de nuestros atletas en ese momento? ¿Pensarán acaso en todo el sacrificio que tuvieron que hacer para alcanzar ese objetivo?
Preguntas que solo quienes han tenido ese privilegio -y la responsabilidad de representar a todo un país- podrán contestar. Como las chicas de Natalia Málaga, que en una demostración de buen juego y mucha actitud derrotaron categóricamente 3-0 a Venezuela y se adjudicaron la medalla de oro en los XVII Juegos Bolivarianos Trujillo 2013.