lunes, 5 de mayo de 2014

ÁNGELA LEYVA: "CUANDO HACES LO QUE QUIERES, EL SACRIFICIO SE SIENTE MENOS"


Por: Fernando ‘Vocha’ Dávila

Alguna vez leí que se juega como se vive y hoy, después de conversar con Ángela Leyva, creo firmemente que es verdad. Esta niña es la ‘diferente’ en la cancha porque sin ropa de deporte, no es como el común de su edad. Esta señorita de 17 años no va a responder como las chiquillas que tienen todo el derecho a correr. La muchacha de la Universidad San Martín, con quien acaba de ganar el título nacional, la misma que este año fue elegida la mejor y más popular del mundo, no habla de más, tampoco repite a cada instante lo que ha ganado. Simplemente, respeta y se respeta.

Ángela, muchas adolescentes paran chateando desde el celular, ¿tú no?
Entiendo que se hace un vicio. Lo hago, pero lo normal.

O sea no almuerzas revisando tu teléfono.
Mi mamá dice que lo debo hacer cuando estoy en el baño y que me concentre con la comida.

¿Y le haces caso?
No. Allí escucho música.

¿Pero sí twitteas todo lo que haces?
Tampoco. No soy una persona que no puede vivir sin las redes sociales. En la selección, cuando nos concentramos, nos quitan Laptop, Tablet y teléfonos. No dejan que estemos conectadas, porque desconcentra y se pierden energías.

Eres de las más famosas del grupo, tu Facebook debe ‘reventar’ de invitaciones.
Muchísimas, pero no acepto porque no sé realmente quién me lo pide, pero sí le mando un mensaje saludándolo o saludándola.

De repente por ahí surge un galán…
No pienso en eso. Más adelante habrá tiempo.

Aunque algún chico debe enamorarte…
Solo tengo amigos. Mis pensamientos pasan por crecer más en este deporte.

¿Amigos futbolistas?
Ninguno.

Claro, no vas a discotecas.
Sí, pues. No hay forma.

¿Te llaman la atención?
De lejos, nomás.

Un tema que sorprende es que aún no tienes la mayoría de edad y ya compraste un departamento.
Lo he sacado por comodidad de los míos. He vivido en San Genaro, Chorrillos, en el cerro. Era muy difícil regresar a casa cada vez que acababa un partido. Ahora estoy más cerca a muchos lados y tengo más horas para descansar.

¿Dormir es tu hobby?
Es lo que más me gusta aparte de comer, ja, ja.

Imagino que te encanta bailar.
No voy a fiestas, pero sí bailo, con las chicas o en alguna reunión familiar.

¿Ni siquiera alguna ‘escapadita’?
Con qué tiempo. Entreno en la mañana con la selección y por la noche con mi equipo. Los sábados es igual y domingos juego. Te cuento una anécdota…

Adelante.
Para mi fiesta de promoción jugué y después me fui a la reunión. Estuve un ratito y volví a casa porque estaba muy cansada.

¿La conoces en el ‘parqué’?
Creo que sí, tengo mi ritmo. Es un pasatiempo que lo hago con mis tíos, gente muy cercana a mí.

¿En tu ‘Quino’ sí la rompiste?
Mi quinceañero lo pasé con la selección en Uruguay. Ese día se paró un ratito el entrenamiento, sacaron una torta y cantaron el ‘Feliz cumpleaños’.

¿Dejaron que tus papás te llamen a saludarte?
No, y está bien. Estábamos trabajando para hacer un buen campeonato y se requiere de sacrificio.

En noviembre cumples 18, ¿ahora sí será una fiesta especial?
No lo creo. Los únicos meses del año que estoy en casa son el verano que dura la Liga nacional, después estamos de gira en el extranjero o en alguna competencia.

¿Ya te acostumbraste?
Sí. A veces uno siente nostalgia de no estar cerca de la familia, pero cuando haces lo que quieres, el sacrificio se siente menos.

¿Ya te enseñaron a cocinar?
Nada con la cocina. No ayudo ni a picar la papa, la cebolla. Nada.

¿Qué cosas te molestan?
Que me despierten, ja, ja. Me pongo de mal humor, hasta lloro de la molestia.

Me equivoqué en coordinar esta entrevista por la mañana.
Ja, ja. Es que después del título que ganamos con la San Martín, nos han dado una semana libre y solo deseo dormir y no quiero dar entrevistas, pero también he aprendido algo.

¿Qué?
A medida que siga jugando bien, que progrese y tenga logros, los periodistas me pedirán notas. Eso hay que asumirlo y respetarlo.

¿Tu sueño es sagrado?
No tanto, pues. Por favor, pon que lo he heredado de mi mamá. Cuando la despiertas, reniega.

Imagino que tienes vanidades, como comprar ropa.
Tengo algunas prendas que están sin usar, con la etiqueta. Es que no salgo…

Fuiste elegida la mejor y más popular del mundo y no caminas sobre huevos.
Lo tomo como algo que me da Dios por mi entrega en el trabajo. Es el responsable de mis premios y hay que tomarlo con calma, sin soberbia.

¿Crees mucho en él?
Sí. Los domingos siempre vamos a rendirle un homenaje.

¿Crees en ‘santos’?
No.

¿Y cuando todas las chicas del equipo rezan antes de un partido?
Yo converso con Dios.

¿Son cristianos en tu hogar?
Sí, y no creas que somos tristes. Nos encanta conversar, reírnos, pasarla bien, comer rico, pero jamás he visto una botella de licor o tomando cerveza en mi casa.

 Fuente: diario Trome. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario