La selección nacional viene exigiéndose al máximo en su preparación de cara a su participación en el Grand Prix, uno de los torneos más importantes del calendario voleibolístico, que se inicia este viernes 25 de julio.
Pero el camino de ese proceso no ha estado allanado para la blanquirroja, sino que Natalia Málaga ha tenido que sortear diferentes complicaciones, como el recrudecimiento de la lesión de Clarivett Yllescas, por ejemplo.
Pero quizá el caso más complicado, y doloroso, de abordar para Natalia sea lo sucedido con Rosa Valiente. La joven central, dice la entrenadora, no le fue honesta al contarle la razón de sus constantes indisciplinas (está embarazada) lo que motivó su exclusión de la selección.
“El tema deportivo lo manejé hasta el final, pero cuando le dije que no seguía en el equipo me confesó la verdad. Le deseo lo mejor, que cuando salga de esto se recupere rápido para que regrese, como lo está haciendo Daniela (Uribe). No será fácil, se lo tiene que ganar, y ahora más que tendrá un hijo”, declaró Málaga al portal terra.com.
Pese a esa decepción, la entrenadora de la bicolor asegura que no guarda ningún sentimiento negativo contra su expupila. “Rosa (Valiente) es como una hija, la apoyé hasta el final, pero me terminó mintiendo. No le tengo ningún resentimiento, solo que me da pena porque no supo aprovecharme y no fue sincera”.
“Muchos dirán que caigo pesada al insistir con esto. Pero si un deportista quiere estar en un nivel alto y competitivo, debe dejar muchas cosas de lado. Tiene que ser disciplinado, dedicado, responsable y estar seguro de lo que quiere”, culminó Natalia Málaga.
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