miércoles, 9 de octubre de 2013

MADELAYNNE MONTAÑO: “YA ME RESIGNÉ A NO DISPUTAR UNOS JUEGOS OLÍMPICOS”


La colombiana, una de las mejores voleibolistas sudamericanas de la última década y poseedora del récord mundial de puntos anotados en un mismo partido (54), confesó que, a sus 30 años, ya no piensa en ir a unos JJ.OO. y que ahora su mayor motivación es ayudar a las más jóvenes de su selección. Además, descarta la idea de ser entrenadora cuando se retire. “Quiero dedicarme a mi familia”, nos dice. 

Brasil se llevó el título del Campeonato Sudamericano que se jugó en Ica, pero fue una colombiana la que se robó el show de la competencia. Madelaynne Montaño Caicedo (Tuluá, Valle del Cauca, 1983) deslumbró a todos con sus potentes saques y sus infalibles mates. En total, la actual jugadora del Galatasaray Daikin (Turquía) marcó 111 puntos, siendo considerada, con total justicia, la mejor jugadora del certamen. 

En el 2011, jugando por el club surcoreano KT&G Hunkuk, Montaño hizo historia al superar dos veces la barrera de las 50 anotaciones en un solo partido. En marzo de ese año, registró 53 puntos, igualando la marca de la cubana Yumilka Ruiz. Meses después, en noviembre, volvió a romper ese récord y anotó 54 puntos. Este semanario conversó en exclusiva con esta extraordinaria voleibolista y nos dejó esta interesante charla. Disfrútenla. 

¿Cómo viste el nivel del Sudamericano?
Salvo Brasil, las demás selecciones están muy parejas. La mayoría está en una fase de transición. No obstante, el que más me ha sorprendido es Chile, pues viene lento pero firme. 

Fuiste, una vez más, la máxima anotadora de un torneo internacional. Tu físico y potencia son envidiables…
Tengo, gracias a Dios, una gran fortaleza física. Pero más importante que eso es estar preparado mentalmente, porque el hecho de que te den tantas bolas también es una gran responsabilidad, pues si el resultado es bueno o malo el mayor peso recae sobre uno. 

MONSTRUO DE MIL PATAS
¿Cuál es la realidad del vóleibol colombiano? 
Muy triste. Todavía no entendemos que se necesita sentar estructuras básicas que permitan realizar un trabajo a largo plazo. Actualmente no sabemos por dónde salir primero: si arreglar el tema económico, mejorar la infraestructura, recomponer el grupo o fortalecer la liga local para que sea cada vez más profesional. Son muchas cosas juntas. Tenemos un monstruo de mil patas y no sabemos cuál cortar primero. 

¿Cuentan con el respaldo del Estado?
Hay intentos por mejorar, pero hace falta crear conciencia de que el vóleibol es un deporte colectivo que puede ir a los JJ.OO. y que puede hacer un buen papel. El problema es que los Comités Olímpicos prefieren el camino fácil para ganar una presea que es el deporte individual a un deporte de grupo de 12 ó 15 personas que hay que apoyarlas cuatro años para ganar una sola medalla. 

¿Y de la empresa privada? 
No como quisiéramos y como debería ser. Cualquier deporte no puede basarse solo en el apoyo del Estado, sino también del aporte de la empresa privada y eso todavía no es una realidad en mi país. En Perú eso es más fácil porque el vóleibol es mucho más popular que en Colombia. 

¿Eres consciente de que las nuevas generaciones ven en ti a su máxima referente?
Es algo normal. Toda jugadora en algún momento tiene que ser un ejemplo para los demás. Yo misma cuando empecé a jugar tenía referentes en mi selección y en el club donde jugaba. Lo único que quiero y espero estar haciendo bien es mostrarles un buen camino a quienes vienen detrás. 

¿Quién era tu referente cuando empezaste?
Kenny Moreno, la primera colombiana que salió a jugar al extranjero a nivel profesional. Del extranjero seguí a la cubana Mireya Luis. Me gustaba también seguir el vóleibol masculino. Es más, muchas de las cosas que sé lo aprendí de los varones: técnica, estilo de juego, potencia, salto. 

RESIGNACIÓN  
¿A tus 30 años sigues soñando con disputar unos Juegos Olímpicos?
El sueño olímpico para mí ya murió en Londres. Ya me resigné a no disputar unos Juegos Olímpicos. En este momento lo único que me estimula es aportar en mi selección de cara hacia el futuro, ayudar a las más jóvenes. 

¿Hasta cuándo te ves jugando?
Hasta los 33 años. Sé que me va costar retirarme, pues cuando tenía 27 decía que jugaría hasta los 30 y, ya vez, sigo en actividad (risas). Eso sí, no quisiera que el vóleibol me deje, sino yo dejar el vóleibol y salir por la puerta grande.

¿Cómo te ves después del retiro? ¿Piensas ser entrenadora o dirigente, tal vez?
Me veo en mi casa, criando a mi hijo dándole el tiempo que el vóleibol me ha permitido darle. Dirigente no podría ser porque radico hace ocho años en Grecia y ya estoy haciendo mi vida allí. 

¿Y por qué descartas ser entrenadora?
Porque hay que tener carácter para serlo y yo no lo tengo. Es bueno saber qué se tiene y qué no se tiene. 

¿Cuál ha sido la mayor lección que aprendiste en tu carrera?
Mantener los pies sobre la tierra. Y eso depende mucho de tu entrenador, tus mismas compañeras y de tu familia. Cuando tenía 16 años gané en Colombia un premio juvenil como jugadora revelación. Toda Colombia lo supo, pero yo no quería que nadie lo supiera. Mi nombre estaba en boca de todos. Entonces, mi entrenador no me puso más de titular. Al principio no lo entendí, me quejé, lloré, me enojé, porque no quería estar en la banca. Hoy, muchos años después, doy gracias a ese entrenador porque me ayudó a mantener los pies sobre la tierra. Aprendí que sin humildad no llegas a ningún lado. 

¿Cuál es la clave para ser una voleibolista destacada?
Entender que este es un deporte de equipo y no individual: si la armadora no me da el balón yo no podría marcar ni un punto. 

¿Le ha faltado algo a tu carrera?
Nada. No me pesa no ir a unos Juegos Olímpicos. Hay muchos grandes deportistas que nunca han ido a los JJ.OO. Allí van unos cuantos privilegiados y yo no he estado dentro de ese grupo. Igual estoy muy satisfecha con lo que podido lograr. No es fácil abrirse camino en el exterior, pero con esfuerzo he podido hacerlo.

ALGO MÁS…
De 185 centímetros de estatura, Madelaynne está casada con Theodoros Fillioudis, un griego que conoció cuando jugó en la liga de ese país y tiene un hijo de 5 años de edad, llamado Dimitry. Lleva ocho años radicando en Grecia y afirma que se quedará a vivir allí. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario