EL TÍTULO SE FUE PARA COMAS: GÉMINIS SE CORONÓ CAMPEÓN JUVENIL

FPV

Tendríamos que elogiar a aliancistas y celestes porque nos regalaron un verdadero partidazo, pero no. Tendríamos que ponderar a la hinchada de ambos clubes por su incansable aliento, pero no. Ninguno de esos dos equipos es el principal protagonista de esta historia. Lo es la escuadra que menos opción tenía para llevarse el título. Deportivo Géminis, el cuadro al que pocos le daban chance, es el nuevo campeón de la Liga Juvenil.

Lo que parecía poco probable se concretó anoche en un emocionante tramo final de la competencia. Las de Comas fueron siempre conscientes de que si querían que la llama de su esperanza dorada siguiera prendida tenían sí o sí que derrotar a San Martín. Con eso en mente, las pupilas de Sara Joya salieron con todo y superaron en todos los aspectos a sus rivales para sellar su triunfo con parciales de 25-19, 25-18 y 25-8.

La primera parte del trabajo estaba hecho. Géminis ya había cumplido con lo que le correspondía. Ahora solo quedaba esperar (y rezar) para que el duelo entre Alianza y Cristal se alargue hasta el tie break. 

Sentadas en las tribunas, con los nervios de punta, el plantel de Géminis vio por un instante perdida toda ilusión cuando las cerveceras se pusieron arriba 2-0 (25-23, 25-15). Fue entonces que las de Comas se unieron por unos momentos al coro blanquiazul que bajaba desde las graderías y empezaron a alentar a las dirigidas por Carlos Aparicio. Eran unas hinchas más. 

Alianza ganó el tercer set por 25-22 y la esperanza volvía a renacer en el cuadro comeño. “Uno más, uno más”, habrán pensado las de Géminis. Las íntimas, que demostraron un gran corazón a pesar de ya no tener chance para el título, se jugaban la vida en cada balón y con una renovada actitud se quedaron con el cuarto parcial por 25-20.

Cuando Alianza marcó ese punto 25, Carlos Aparicio apretó los puños en señal de triunfo. No le interesó perder luego el quinto set (15-13) y que Cristal se quede con el segundo puesto. Le importó más evitar que un clásico rival de la vuelta olímpica en su cara. Mucho menos en una fecha tan significativa como un 8 de diciembre (día que se conmemora la tragedia del Fokker). Sin quererlo -o quizá sí- Aparicio le había dado una mano a su antigua pupila. 

Pero mientras cerveceras y blanquiazules jugaban la quinta manga, había un grupo en las tribunas que ya festejaba. Un grupo de chicas que ya se imaginaban con esa medalla dorada colgando de sus pechos. Es seguro que Sara Joya habrá cerrado los ojos y le habrá dedicado este título, en su primera experiencia como entrenadora, a Dios y a su amada familia. Un título que parecía poco viable, pero que hoy las de Comas lo disfrutan como una feliz realidad. Bien por ellas.