martes, 2 de noviembre de 2010

UN ROSTRO QUE NADIE QUIERE VOLVER A VER

Una hora y diez minutos le bastó a la escuadra de Polonia para vencer con comodidad a nuestro elenco nacional. En la madrugada de hoy (1:30 a.m.), cuando la mayoría del país descansaba, la selección de vóley caía derrotada sin atenuantes ante las polacas por un contundente 3 a 0. Esta es la tercera derrota del conjunto peruano en cuatro presentaciones, habiendo solamente vencido a la débil Argelia en su debut en esta justa mundialista.

La superioridad de las europeas se hizo evidente desde el arranque del partido. Mostrando variantes en sus ataques, que Perú no supo contrarrestar, Polonia se hizo del primer set por 25 a 10. La nula reacción de las peruanas terminó por exasperar a la capitana Leyla Chihuán, quien con palabras de grueso calibre intentó, inútilmente,  despertar a sus compañeras que estaban aletargadas.



Para el segundo periodo la historia no fue distinta. Polonia se hacía cada vez más fuerte y las “matadoras” sólo ofrecían tenues intentos de mejoría. Patty Soto con sus mates de zaguero y Jessenia Uceda por posición cuatro procuraban penetrar el recio bloqueo polaco pero pocas veces lo lograron. Con las cosas así, Polonia se llevó el set 25 a 15.

Por lo general, Perú ha mostrado su mejor juego en los primeros cuartos, y por el contrario, mostraba sus falencias, física y táctica, en los últimos juegos. Entonces, era poco probable que pudiera darle vuelta al marcador. Además, por como venía jugando lograr aquello ya rozaba el milagro. Empieza el tercer set y gracias a pésimas recepciones de las peruanas, Polonia se puso siete puntos arriba. Esa superioridad la mantuvo hasta el final, ganando el último set 25 a 16.


peru.com


Si usted piensa que el desconcierto peruano sólo era de las jugadoras se equivoca. Pues la confusión también se apoderó del técnico King. Nunca se decidió a quién mantener en el campo: A Carla Rueda o Karla Ortiz. Las alternaba constantemente. Además, uno se pregunta por qué no hace alternar a Mirtha Uribe. Una jugadora como ella con buena estatura nos hubiese permitido mejorar el ineficiente bloqueo que se mostró hoy. ¿Esto hubiese cambiado la historia? Seguramente que no. Pero, por lo menos hubiésemos tenido otra variante, que valgan verdades, no le sobra al elenco peruano.

“Si ustedes no quieren luchar, yo lucharé sola”, les advertía Leyla Chihuán a sus compañeras de equipo cuando se jugaba el tercer set. El carácter y arrojo de Leyla es encomiable, pero no alcanza. El vóley es un deporte colectivo y si las demás integrantes del grupo no están entonadas, una o dos jugadoras poco o nada pueden hacer para sacar adelante un resultado. Menos en un mundial.

Hoy Perú mostró su peor rostro, ofreciendo su más bajo nivel en este certamen. Ahora viene Costa Rica (10:30 p.m. Hora peruana), un rival al que muchos lo dan por accesible, y tal vez sea así. Sin embargo, como lo mencionamos ya en otras oportunidades, si el objetivo es quedar entre los ocho mejores, jugando como se jugó hoy en la madrugada, va ser bien complicado llegar allí. No necesitamos heroínas. Necesitamos un equipo en todo el sentido de la palabra. Necesitamos que se echen a jugar. Necesitamos que recuerden que están en un mundial.

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