sábado, 6 de noviembre de 2010

ESTA VEZ DAVID NO PUDO VENCER A GOLIAT

Registran las Escrituras que  cierta vez un joven pastor derrotó a un gigante llamado Goliat. Aquel muchacho, llamado David, que no pasaba de los 20 años, se enfrentó con arrojo y bizarría a ese guerrero experimentado en esas lides. Esta lucha se llevó a cabo hace muchísimos años en los torrentes desiertos de Palestina. Sin embargo, figurativamente, ayer esta histórica batalla volvió a repetirse, pero esta vez en una cancha de vóley.

¿Quiénes fueron los protagonistas? Perú y Rusia. David y Goliat, respectivamente. Pero claro, el desenlace esta vez fue diferente. No hubo sorpresas ni hazañas que se vayan a recordar en la posteridad. Simplemente se dio la lógica. Ganó el que tenía todas las condiciones para hacerlo. Ganó el favorito de todos. Ganó Rusia. Y ganó a pesar del entusiasmo y empeño que ofreció su rival.



La derrota de la selección peruana de vóley ante su similar de Rusia era totalmente previsible, sin embargo, lo que esperábamos de nuestras chicas era una actitud diferente de la que mostró ante Polonia y Costa rica. Eso era todo lo que les pedíamos en este encuentro. Y no nos fallaron. La selección europea, actual campeona del mundo, derrotó en tres parciales al conjunto peruano por 25-15,25-15 y 25-20. De esta manera las rusas se afianzan como favoritas para revalidar su título.


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¿Se puede rescatar algo bueno de una derrota? Como se perdió ayer creo que si. Ante la enorme superioridad de su rival, la selección no bajó la mirada, ni perdió la alegría que siempre la ha caracterizado. Emocionaba ver a las muchachas celebrar cada punto conseguido como si fuese el del campeonato. Perú entendió que no tenía nada que perder y a partir de ahí se echó a jugar.  Por otro lado, da gusto ver la recuperación de Karla Ortiz. Esta joven atacante jugó su mejor partido en lo que va del mundial y ojalá siga en ascenso su nivel



Hoy nos tocará enfrentar otro duro desafío ante Corea del Sur - que ayer perdió ante Polonia -y quién sabe si hoy se pueda dar lo inesperado: una victoria peruana. Quién sabe si esta vez David si salga triunfador. Quién sabe.


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