LIGA JUVENIL – F: CRÓNICA DE UN TÍTULO ANUNCIADO

LNSV

 Escrito por Michael Carrión Zúñiga



Desde que empezó el partido ambas barras no dejaron de alentar a sus colores. Bulliciosas y festivas, los aficionados de los dos finalistas vitoreaban con entusiasmo y efervescencia al club de su preferencia. Pero hubo un instante -pequeño, minúsculo, casi imperceptible- en el cual el coliseo Bonilla se sumió en un silencio sepulcral.

Sucedió en el tramo final del cuarto set. Géminis iba dos sets arriba contra uno de Alianza Lima (25-22 y 25-19 para las de Comas; 25-19 para las de La Victoria). Y en aquella cuarta manga las cosas iban 24-23 a favor de las comeñas. La blanquiazul Fabiana Pacheco estaba en el saque y su concentración pareció contagiar a todos los presentes, provocando un mutis total al punto de que parecía posible escuchar los fuertes y agitados latidos de su corazón.

Enrique Briceño, DT del Géminis, plantó su mirada hacia su defensa como si en su interior les suplicara que logren una buena recepción para poder así elaborar ese ataque que signifique la estocada mortal para este rival que, tozudamente, se rehusaba a morir. Quince metros a su costado derecho, estaba Carlos Aparicio, entrenador de las victorianas, quien sin pronunciar palabra alguna, con su rostro parecía implorarle a Fabiana que asegure el saque (lo que no hizo Alianza en varios pasajes del partido).

El réferi hace sonar su silbato, destruyendo así la fortaleza silenciosa que se había erigido en el coliseo. Fabiana ejecuta su saque con determinación. El balón surca los aires, llega a campo contrario. Grecia recepciona con alguna dificultad pero logra pasársela a su hermana Ingrid quien con la sutileza que la acompañó toda la tarde la levanta hacia la posición de una jugadora –atacante ella- que ayer sencillamente estuvo intratable: Milagros Rodríguez.

Milagros, que la tarde de ayer marcó 24 puntos y fue la máxima anotadora, observó que el balón se dirigía hacia ella y no dudó en elevarse y arquear su cuerpo de tal manera que el golpe que le diera a la bola con su mano derecha pueda llevar la potencia y dirección deseados para hacer añicos a la defensa aliancista.  El mate superó el bloque rival ante la desesperación de Daniela Uribe y compañía. La líbero Andrea Monzen intenta frenar el mate. Logra tocar el balón pero no consigue direccionarlo hacia adelante, sino que la ‘caprichosa’ va hacia atrás. Corren tras el balón las demás defensoras, y con ellas las esperanzas de todos los hinchas blanquiazules, pero no pueden evitar que la pelota toque el piso y se concrete el tan ansiado, deseado y codiciado punto 25 para que la gente de Comas explote de alegría y satisfacción.

Géminis logra así un título que no hace más que ratificar que fue la mejor escuadra a lo largo de todo el torneo de la Liga Juvenil. Ganó todos sus partidos (nueve en total) y sólo cedió un set. Y, sobre todo, a diferencia de su oponente de turno cuya única estrategia ofensiva era atacar por el centro -con Gina o Daniela-, el elenco de Briceño mostró más variantes y un juego en conjunto más sólido, potenciado, además, por destacadísimas actuaciones individuales.

Justo premio para el conjunto de Comas, que ve ahora coronado el esfuerzo de todas estas semanas de competencia y que asimismo les permite avizorar con optimismo su participación en la ya cada vez más cercana Liga Superior, certamen en el que, dicho sea de paso, muchas de estas jóvenes, hoy campeonas en su categoría, lucharán por ganarse un lugar en el sexteto titular. Pero esa será otra historia. Ahora es el momento de celebrar. Se lo merecen.