EN LA REPETICIÓN ESTÁ EL GUSTO

No hubo revancha. No pudieron sacarse el clavo que llevaban incrustados desde hace cuatro años, cuando perdieron también en una final con el mismo rival que hoy las volvió a vencer. Hoy no se bailará zamba en el país carioca. La tristeza de haber perdido una nueva final gobierna sus emociones y lo deja sin fuerzas para siquiera intentar esbozar una sonrisa. Las lágrimas de sus jugadoras lo son también de sus hinchas, que optimistas esperaban obtener aquel codiciado botín llamado el título mundial.

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Si ganaba hoy Brasil diríamos que un gran equipo le ganó a otro excelente elenco, pero al haber sucedido lo contrario, y tal y como se dio el encuentro,  tenemos que decir, sin menospreciar a las demás integrantes de la escuadra europea, que hoy Ekaterina Gamova, aquella gigante de la net, le arrebató la ilusión al conjunto de Ze Roberto, y a todo el país brasileño, de coronarse campeón.

Brasil intento tomar el control del partido mostrándose incisivo desde el arranque, mostrando su poderío ofensivo en toda su magnitud, o que les permitió llevarse el set 25-21. Pero Rusia ha demostrado tener una fortaleza mental a prueba de balas y en gran reacción se adjudica el segundo parcial por 25-17.



Con menos físico que su antagonista, producto del gran desgaste que le costó superar a Japón en la semifinal, las brasileñas apelaron a su juego de conjunto, variando sus ataques por el centro y los extremos, dándole el resultado que esperaban pues lograron ganar el set 25-20. Pero las europeas tenían un arma verdaderamente mortal llamada Gamova. Y de la mano de ella, Rusia se impuso en el set más corto del partido por 25-14.

Pero Gamova quería más, estaba insaciable, quería volver a saborear la gloria. Pero por un momento eso casi no sucede, pues Brasil logró estar dos puntos arriba en el marcador (7-5), pero la mencionada atacante rusa definió el cotejo con sendos mates llenos de potencia y precisión. Definitivamente, la mejor del partido.



De esta manera, Rusia reinará por cuatro años más y habrá que esperar si hay algún equipo capaz de arrebatarle su corona. Si todavía cuenta entre sus filas a Ekaterina Gamova entonces lograr aquello equivaldría a lograr una hazaña, sería como escalar el Everest o sacar del poder a Hugo Chávez, es decir una empresa bien complicada.