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Ellas cumplieron a cabalidad con la frase: 'del colegio a la cancha'. En realidad, esa fue la constante con las integrantes de las divisiones menores del voleibol peruano. Reyna Orellana y Sandra Santana vivieron esa situación con mayor intensidad en los dos últimos años, en los que dejaron sus ciudades natales para integrar primero la selección de menores y ahora la juvenil. Hace unos días terminaron su educación escolar. El objetivo, ahora, es llegar a un Mundial.
"Hace cinco meses que empezamos a entrenar con Natalia Málaga en las juveniles. El próximo año tenemos el compromiso del Sudamericano y esta vez queremos llegar muy lejos", comentó Reyna Orellana, a quien todavía no se le quita la 'pica' de no alcanzar la clasificación mundialista en el Sudamericano de Menores, jugado en el Perú.
"Tenemos que pensar en lograr el título sudamericano en esta categoría. Pero primero tenemos que saldar una cuenta pendiente con Argentina", sostuvo la joven de 16 años, integrante del equipo que compitió en la Copa Panamericana 2011, bajo la dirección técnica de Hernán Artieda.
De la misma opinión fue la armadora Sandra Santana. "Lo que queremos es darle fuerte al voleibol, seguir buscando resultados buenos para el país, aunque ya entramos en una fase en la que es importante pensar también en un futuro profesional".
Ambas pasaron por un hecho anecdótico hace unos días. Se graduaron en el colegio el mismo día de la premiación de la Federación Peruana de Voleibol a los 'matadores' y personajes más destacados de esta disciplina en 2011.
"No nos dio tiempo ni de cambiarnos. Salimos de la ceremonia en el colegio y nos fuimos con uniforme a la reunión de la 'Fede'. Nos veíamos graciosas frente a todos con sus trajes de calle", bromeó Santana.
Las dos chicas tienen claro su futuro. Sandra quiere ser psicóloga; Reyna, administradora de negocios internacionales. Pero, antes, quieren sacarse la espina de menores ya en juveniles. Con Natalia Málaga de instructora, confían en alcanzar su objetivo.
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