El entrenador
albiceleste, cuyo equipo se medirá a la bicolor en el Pre Mundial, habla de
cuán importante ha sido para el despegue del vóleibol de su país el trabajo
sostenido en las categorías base. “Ese fue nuestro punto de partida que nos
permitió la captación de nuevos talentos y el desarrollo de las futuras
seleccionadas”, dice.
Del 18 al 20 de este
mes, nuestra selección adulta se jugará su última chance de clasificar al
Mundial Italia 2014. En el Pre Mundial, torneo que se disputará en la ciudad
argentina de San Juan, el sexteto local será nuestro gran rival. Es más, la
escuadra albiceleste, a juzgar por los últimos resultados y porque será
repotenciado con sus ‘extranjeras’ que no vinieron al Sudamericano, parte como
favorita.
A propósito de esa
competencia que se avecina, conversamos en exclusiva con Guillermo Orduna,
entrenador del elenco argentino, quien nos cuenta qué decisiones se tomaron en
su país para que hoy en día tengan la segunda mejor selección de Sudamérica,
solo por detrás de Brasil. Sí, aunque nos cueste admitirlo, Argentina ya nos
relegó al tercer lugar.
Esta es su segunda etapa como entrenador de la selección adulta de
Argentina. ¿Qué diferencias encuentra con el proceso anterior?
El vóleibol de ese
entonces (mediados de los 90) era distinto: en cuanto al biotipo de las
jugadoras, velocidad, juego, niveles físicos, planteos tácticos. El vóleibol ha
evolucionado bastante.
¿Y en cuanto al equipo propiamente dicho?
En ese tiempo teníamos
buenas jugadoras y muchas de ellas tenían una gran proyección para jugar en
Europa, lo consiguieron pero por diferentes motivos no volvieron más a la
selección. Incluso, algunas terminaron jugando para otros países. El proceso no
se pudo sostener y ese buen grupo se perdió. Ahora, en esta nueva etapa,
estamos apostando por la continuidad y el desarrollo de las categorías
inferiores. Pretendemos aumentar el universo de jugadoras que lleguen no solo a
la selección adulta, sino que puedan tener las condiciones de irse a jugar al
extranjero.
¿Cuánto ha crecido el vóleibol argentino en los últimos años?
Muchísimo, sobre
todo en las dos últimas décadas. Se ha venido trabajando durísimo desde las
inferiores en todos los clubes del país, en el interior de la capital hay
torneos importantes y frecuentes, a nivel nacional hay campeonatos desde la sub
14 hasta la sub 21. Como verás, le estamos dando bastante importancia a la
categoría base, que para nosotros es un punto de partida que nos permite la
captación de nuevos talentos y el desarrollo de las futuras seleccionadas. Una
vez conseguido eso, toca que el grupo que llegue a mayores se posicione a nivel
internacional como ha sucedido con el vóleibol masculino. En ese camino
estamos.
¿Qué otras decisiones ayudaron a que el vóleibol argentino femenino despegue?
Primero que nada nos
dimos cuenta que, por ejemplo, no podíamos trabajar como se hace en Perú. Es
decir, con selecciones permanentes, pues nuestro país es muy grande y por la
distancia consideramos que no era el modelo a seguir. Tampoco podíamos hacer
procesos muy cortos para el trabajo basándonos en el desarrollo de clubes
porque realmente era muy heterogéneo el desarrollo en algunas zonas del país: en
unos se entrenaba más, en otros se entrenaba menos. En unos había más
competencia, en otros menos, así que también lo descartamos.
Entonces, decidimos
implementar un año de captación de nuevas jugadoras recorriendo todo el país y los
encargados de esa captación eran entrenadores capacitados. Después de ese año, previa
evaluación, el grupo se vuelve más reducido y se empieza con las seleccionadas
un trabajo especial que incluye concentración, recorrido por todo el país y la formación
de la selección de pre menores. Se continúa el trabajo con ese grupo, se
fortalece en menores y así hasta llegar a la selección adulta.
Este ha sido un
programa que se ha sostenido en el tiempo más allá del paso de los entrenadores
y ha permitido el surgimiento de nuevos talentos y el crecimiento de los
seleccionados. Gracias a ese programa de captación hoy tenemos varias jugadoras
actuando en Europa. La clave para nuestro crecimiento fue la implementación de
una captación descentralizada.
Aunque a muchos de nosotros nos cueste admitirlo Argentina ya es la
segunda selección más importante de Sudamérica. ¿El objetivo es mantener esa
posición teniendo en cuenta que Brasil todavía está muy lejos para alcanzarlo?
Definitivamente.
Nuestro objetivo es posicionarnos a nivel sudamericano en el segundo puesto y
seguir creciendo cada vez más compitiendo en todos los torneos internacionales
que se pueda, como los Grand Prix o los mundiales, por ejemplo. ¿Nuestro gran
sueño? Clasificar por primera vez a unos Juegos Olímpicos, desde luego. Esa es
la meta máxima.
Lo que se viene
¿Argentina es favorita en el Pre Mundial teniendo en cuenta su
localía?
Siempre los locales
parten como favoritos, pero nosotros tenemos que ser conscientes de que el
nivel de todos los equipos es bastante parejo, y eso quedó demostrado en el
Sudamericano.
En líneas generales, ¿cómo vio a su equipo en el Sudamericano?
Tuvimos un
rendimiento irregular, no pudimos sostener un rendimiento promedio. El nivel
que mostramos no fue el mismo que tuvimos en la Copa Panamericana, pero eso se
debió también a las ausencias que sufrimos. El nuestro ha sido un equipo mixto:
experiencia y juventud. Pese a eso, conseguimos mantener la medalla de plata.
¿Qué ambiente les espera a las selecciones que van a ir a San Juan a
jugar el Pre Mundial? ¿Uno similar al de Ica, tal vez?
No lo creo. A
diferencia de Perú, en Argentina moviliza más el vóleibol masculino, pues tiene
mucha historia. Esperemos que en esta ocasión tengamos el apoyo incondicional
de nuestro público, aunque no creo que sea con la dimensión que ustedes
tuvieron en Ica.
¿Qué concepto tiene del vóleibol peruano?
Perú es un país de
una gran tradición voleibolística que está pugnando por recuperar el sitial que
antes tuvo a nivel internacional. Está en un proceso de crecimiento y
maduración, pero necesita tiempo y mucho trabajo para lograrlo. Lo importante
es que no ceja en ese propósito, sigue invirtiendo y apostando por nuevas
generaciones. Creo que ese es el camino, llegará el momento que cosecharán de
lo que ahora están sembrando.
Algo más:
Orduna asumió las
riendas de la selección argentina en enero de este año para encabezar el proyecto olímpico con vistas a Río 2016. Esta es su segunda etapa al
frente de la albiceleste: la anterior abarcó entre 1991 y 1996. Orduna fue
también asistente de Jon Uriarte en la selección adulta masculina.
Crédito texto y foto: Michael Carrión
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