La ex seleccionada nacional y medallista olímpica en Seúl 88, Denisse Fajardo, reveló que padece de una penosa enfermedad, a la vez que manifestó su confianza de salir adelante de esta delicada situación. Aquí un extracto de la entrevista concedida al diario El Trome.
Fuente: Diario El Trome
¿Usted alguna vez vio en persona a la “Mujer Maravilla”? Yo creo que sí he cumplido ese sueño. Cuando el sol más calienta la ciudad y las agujas del reloj marcan las 3 de la tarde, Deniche Fajardo, como le gusta que la llamen, legendaria voleibolista, camina de un lado a otro y da indicaciones al grupo de niñas que practica en su academia. Nada ni nadie hace sospechar que esta leyenda padece un mal especialista en tumbar ilusiones. La vida le ha impuesto un reto que ella afronta con el mismo optimismo que defendía la camiseta nacional en esas madrugadas incomparables e irrepetibles.
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Pensé encontrarte deprimida…
Ya lloré, ahora voy adelante. No me voy a morir, eso me ha dicho el doctor y yo le creo. Si me pasa algo, lo buscan y le dicen que mintió, ja, ja, ja.
¿Cuándo te enteraste?
Todo fue como un anuncio. Hace siete meses, mi mamita murió por esta enfermedad y en los últimos meses soñaba que ella se acercaba, me quitaba la ropa y me decía que me haga ver. Me fui a revisar y me extirparon un tumor del seno derecho, hicieron la biopsia y me comunicaron que era maligno.
De frente y sin pelos en la lengua.
El médico me dijo que era de un centímetro, que se venían cuatro quimioterapias y todo va a salir bien, que sea fuerte.
Se te vino el mundo abajo.
En ese instante sí, menos mal que estaba con mi esposo. Solté muchas lágrimas, ¿y sabes cómo me tranquilizó?
¿Cómo?
Me llevó a comer rico y me prometió que pasaríamos por el casino. Como soy medio ludópata, me alegré y nos quedamos allí hasta las 3 de la mañana, ja, ja, ja.
Estás llena de fe…
Claro, pero también tengo caídas. En la madrugada de pronto despierto y llamo a mi mamá. Juan me dice que está para protegerme, pero le repito que deseo a mi mamita. Ella me cuidaría, estaría atenta a lo que necesite. La extraño.
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No. Por culpa de esa enfermedad murió mi madre, dos tías y una prima. La conozco bien.
¿Te dan miedo las “quimio”?
Más los estragos postratamiento, pero seré fuerte para curarme definitivamente.
¿Te llamó Cecilia Tait?
Sí. Cuando a ella le descubrieron este mal, la llamé por teléfono: “No somos tan amigas, pero cuenta conmigo para lo que quieras”. Ahora me buscó: “Anda a mi casa de playa todo el tiempo que quieras, además entro en campaña y será toda tuya”. Y después me recomienda tal o cual vitamina. Gestos que marcan.
La generación de “Seúl 88” está más junta que nunca.
Todas las chicas ya lo saben y están conmigo. Rosa García, que es mi amiga, se comunica todos los días. Pensar que una serie nos había alejado y ahora con lo que me ha pasado nos ha vuelto a unir.
Insisto, te veo relajada.
Es que me molestaría que digan: Pobrecita. Cuando pasas por esto, no quieres que te llamen para preguntarte: “Hola, ¿cómo estás?” ¡Cómo voy a estar, pues! Sigo trabajando como negra para vivir como blanca.
Bueno, ya que nos diste pie, si se te cae el cabello, ¿te pondrás peluca?
No, más bien extensiones como “Anacé” Carrillo.
¿Dejaste el cigarro?
La verdad aún no. Después del almuerzo me meto unito, pero como el 27 me alistan para el 28 pasar mi primera sesión, lo voy a dejar muy pronto.
Seguro cambiaste los hábitos de tu comida.
Debo comer brócoli, ajo. Menos mal mi marido cocina riquísimo y me prepara un lomo saltado que ni siento los ingredientes.
¿Navegas en Internet buscando información sobre el tema?
Lo hace mi pareja, está al tanto de todo. Yo no he parado de trabajar, mis academias tampoco. Tampoco oculto lo que tengo. Te pongo un ejemplo.
Adelante…
Hace poco tenía que cobrar un dinero y la persona que debía pagarme me advirtió que lo haga efectivo el 28 de este mes y le respondí: “No puede ser antes, porque ese día tengo mi quimioterapia”. Se asustó, preguntó qué me pasaba y se lo expliqué.
La última conversación que tuvimos nos contabas de tus sueños de ser mamá.
Justo el papá de una de mis alumnas es médico especializado en el asunto. Teníamos todo listo para iniciar el tratamiento y, bueno, ahora hay que esperar.
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Así lo veo. Este es el mejor, porque cuando entraba a la cancha confiaba en mis fuerzas, pero no sabía el resultado, había que luchar punto a punto. Ahora es diferente porque sé que voy a ganar.
Sigues linda, coqueta y arregladita.
Eso jamás lo voy a perder. Sigo igual, engreída y conversando por teléfono mientras conduzco. Hay un policía que siempre me para: “Otra vez, ya pasa nomás”.
Vuelves a ser un ejemplo para las mujeres y hombres del Perú.
Esta enfermedad no respeta que seas famosa o no. Hay que hacerse el chequeo siempre, la salud es importante, hay que cuidar la alimentación. Antes comíamos de la chacra a la olla, ahora son animales inyectados con hormonas.
Ya que tienes todo planificado, ¿vas a dirigir alguna selección de menores?
Man Bok me ofreció agarrar un equipo de chicos. Hablé con el presidente de la Federación, estaba de acuerdo, pero me pidió que retire el juicio que un grupo de compañeras tenemos contra Apronax por usar nuestras imágenes. Le agradecí y para la próxima será.
Adelante, estoy seguro que el pueblo peruano rezará por ti.
Le agradezco a ustedes por venir y soltar la noticia después de conversar conmigo. Ni pregunto cómo se enteraron porque sé que no me lo dirán. Quiero que la gente sepa que a este mal, hay que enfrentarlo porque sí tiene cura. Y como siempre, yo dándole primicias a Trome.
Un beso en la mejilla a manera de despedida, lo mejor del mundo para ella y el orgullo de haber entrevistado a una superhéroe. Solo un pedido en voz alta: “Señor, que no le pase nada a Denisse”.
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