El destino le vuelve a dar otra oportunidad. La selección femenina de Estados Unidos venció este jueves en semifinales a Corea del Sur 3-0 (25-20, 25-22 y 25-22) y volverá a disputar, por segunda vez consecutiva y por tercera vez en su historia, una final olímpica con el deseo ferviente de esta vez sí bañarse en oro.
Las estadounidenses, invictas en lo que va de la competencia, irán con todo en busca de esa gloria que les fue esquiva en los JJ.OO. de los Ángeles 84 (perdieron la final con China) y en Pekín 2008 (sucumbieron ante las brasileñas).
A pesar de que el marcador podría reflejar una clara superioridad de las norteamericanas, lo cierto es que las coreanas, lideradas por su máxima referente Kim Yeon-Koung, les plantaron una dura pelea que sólo pudo ser favorable a las pupilas de Hugh McCutcheon producto de su buen trabajo en el bloqueo y la enorme capacidad de resolución en la net de su estrella Destinee Hooker, la goleadora del encuentro con 24 puntos.
En la cita por el oro olímpico, Estados Unidos se enfrentará al ganador del duelo entre Brasil y Japón. De ganar las brasileñas, se volvería a repetir la final de los Juegos Olímpicos en Pekín. Si así sucede, las estadounidenses tendrán la posibilidad de cobrarse una vieja -y dolorosa- deuda.
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