Lo que no pudo hacer Neymar y compañía, sí lo consiguieron las pupilas de Ze Roberto: regalarle a todo el pueblo brasileño su tercera medalla de oro en los Juegos Olímpicos Londres 2012. Sí señores, el sexteto auriverde reeditó su título olímpico al derrotar a Estados Unidos 3-1 (11-25, 25-17, 25-20 y 25-17), el mismo rival que doblegó en esa recordada final en Beijing 2008.
Si a los hinchas brasileños le hubiesen preguntado qué equipo -el de fútbol o el de voleibol- creían que tenía más chance de llevarse la medalla dorada, un gran porcentaje se hubiera inclinado por el cuadro de Mano Menezes. Es decir, la selección de fútbol. Pero hoy las voleibolistas brasileñas que saltaron al campo de juego estaban decididas a darle la contra a las apuestas y pareceres.
Y es que si los futbolistas tienen a Neymar como su figura excluyente, la selección de voleibol no tiene a una sola estrella, tiene, más bien, a siete guerreras, a siete grandísimas jugadoras. Tiene, para decirlo de una vez, un equipo. Un verdadero equipo en todo el sentido de la palabra.
No depende de una sola jugadora, como tal vez le sucedió a Estados Unidos con Destinee Hooker. Si hay alguien que flaquea, es otra quien toma la posta para liderar al grupo. Ese es tal vez el mayor mérito del elenco que conduce José Roberto Guimaraes. Y, además, han demostrado una poderosa fortaleza mental, elemento imprescindible en todo deportista y, por extensión, en todo equipo que aspire a grandes cosas.
Brasil no empezó nada bien este torneo. Es más, en su segundo juego perdió precisamente ante las estadounidenses y luego cayó ante Corea del Sur, aunque finalmente clasificó a duras penas a la siguiente instancia. Y así, con serias dudas a su alrededor, las ‘canarinhas’ fueron avanzando, creyendo en sus virtudes, aunque todo el mundo se mantuviera escéptico.
Primero despacharon a las rusas, luego a las japonesas y en la final se vieron las caras nuevamente con las norteamericanas. Fue entonces que las brasileñas tenían que decidir con qué imagen quedarse: con la derrota de la primera fase o con aquel feliz desenlace en Beijing. Y se quedaron con la segunda, pues jugaron, a pesar de ceder el primer set 11-25, con una determinación envidiable, con una convicción sólida, sin fisuras. Creían en ellas y en que el título era posible, y no se equivocaron. Como sí lo hicieron muchos y, quizá, hasta los mismos hinchas brasileños.
Fiel reflejo de ese férreo convencimiento, Brasil dio vuelta al marcador al llevarse los siguientes tres parciales por 25-17, 25-20 y 25-17, para desatar la locura en el país de la samba al ver colgada en el cuello de sus valerosas jugadoras esa medalla de oro tan justa y merecida. En el voleibol Brasil vuelve a ser ‘o mais grande do mundo’ (el más grande del mundo) y ellas unas ‘meninas do ouro’ (chicas de oro).
Bronce japonés
En la lucha por el tercer puesto, la selección de Japón superó a su similar de Corea del Sur por 3 a 1 con parciales de 25-22, 26-24 y 25-21, y de esta manera se adjudicó la presea de bronce en estos Juegos Olímpicos Londres 2012.
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