MENCIÓN HONROSA

Mientras que toda la atención y los elogios son acaparados por las chicas de Divino Maestro, lo cual está justificado y hasta merecido, hay otro equipo que con perfil bajo y en silencio ha hecho una campaña más que respetable. Nos estamos refiriendo a la Universidad César Vallejo, quien ocupó el tercer lugar en la Liga Nacional.

Vallejo es un conjunto que fue de menos a más en el torneo. En el Apertura clasificó al octogonal final donde chocaron con las “Divinas” quienes finalmente las eliminaron, pero  luego en el Clausura pudieron acceder a instancias finales del certamen acabando cuartas. Es decir, fueron creciendo en el camino. Además, hay que tener en cuenta que las trujillanas, que son dirigidas por el técnico cubano Rolando Díaz,  son un elenco cuyas jugadoras se conocen muy bien dentro de la cancha y fuera de ella también, pues muchas de ellas, que no siendo de Trujillo, viven juntas en un lugar que la institución les proporciona. Esa convivencia hace que el grupo haya fortalecido esos lazos de unión tan importantes en todo cuadro.

Sandra Guibert y Katherine Romero.

Las “poetas” fueron un dolor de cabeza para los favoritos, léase Divino, Géminis y hasta Universitario, y derrotaron sin muchos inconvenientes a otros elencos históricos como Regatas Lima, Latino Amisa y el mismo Alianza Lima. Lástima que ya en la fase final haya decaído el nivel de las vallejianas, lo que no les permitió llegar por lo menos al subcampeonato. Y esto debido, creemos, a dos aspectos. El primero es la mella en el físico de sus jugadoras. Los constantes viajes que tuvieron que hacer, vía terrestre para variar, le terminaron pasando factura a las trujillanas, situación que sus colegas de los equipos de lima no tuvieron que sufrir. Eso definitivamente fue desgastándolas paulatinamente. Esto provocó que el juego de varias de las chicas del norte menguara en comparación con lo que habían ofrecido a inicios del torneo. Un claro ejemplo es la zurda Sandra Guibert, quien  con sus potentes mates diagonales hacía estéril el esfuerzo de las defensas rivales. Pero esa potencia (fuerza + velocidad) ya no fue la misma y allí Vallejo perdió contundencia en su ataque.

Segundo, y tal y como lo ha reconocido el propio entrenador boricua, el cuadro poeta debió hacer el esfuerzo para reforzarse en el tramo final de la competencia (eso hicieron Divino y Géminis). El profesor Rolando, autocrítico él, nos da la razón al afirmar que Vallejo debió contar con jugadoras más altas para su ataque, sobre todo por el centro, pero que al carecer de esa clase de atacantes estuvieron en desventaja.

La capitana Torres con el trofeo por el tercer puesto logrado.

Lo dicho párrafos arriba nos da pie para hablar de otro asunto que guarda relación con lo que venimos diciendo. A decir de las jugadoras, el club césar Vallejo las trata muy bien, entiéndase pagos puntuales, cierta comodidad para trabajar, estudios superiores en la universidad, etc. Sin embargo, conocido el poder económico de esa institución nos preguntamos por qué no deciden invertir un poco más en el vóley trujillano. Creemos que pueden hacer un mayor esfuerzo para consolidar este proyecto que ya empieza a rendirle frutos. Ojalá, que la buena campaña realizada por las “poetas”, la mejor desde que está en la Liga Superior, estimule a sus directivos a meterse la mano al bolsillo e inviertan trayendo refuerzos de nivel que potencien a este plantel que ha hecho tan bien Las cosas. Si así lo hicieren en poco tiempo esta escuadra dará el gran salto. Los dirigentes trujillanos tienen la palabra.