martes, 22 de marzo de 2011

TÍTULO DIVINO


Divino Maestro ha conquistado el título de la Liga Nacional de Voleibol Femenino después de largos dieciocho años. Este equipo, que otrora era uno de los elencos más respetables del vóley peruano, no por algo es cinco veces campeón sudamericano, ha conseguido volver a la escena nacional gracias a un trabajo planificado que lo inició el recordado Fernando Aguayo. Veamos cuáles fueron las claves para que las “Divinas” hayan logrado la corona de la Liga.

UNA BUENA CABEZA
Martín Escudero tomó la posta de Aguayo el año pasado, luego de haber sacado campeón a Géminis el 2009. Pudo armar un cuadro bastante compacto y es de los pocos entrenadores que tiene bastante paciencia cuando sus jugadoras no están teniendo un buen juego y no se desespera haciendo cambios inoportunos guiados por el enojo. Mantiene la serenidad y le trasmite confianza a sus dirigidas y eso es vital para cualquier deportista.



JÓVENES EXPERIMENTADAS
Divino cuenta con un plantel con una edad promedio de 23 años. Esa juventud de sus integrantes no es sinónimo de inexperiencia en ellas. Por el contrario. La mayoría de estas chicas juegan en la selección en las categorías juvenil y adulta. Por lo tanto, cuentan con la experiencia de haber jugado torneos internacionales que definitivamente le dan un roce importante que les permiten estar un paso adelante de las voleibolistas de otros elencos.


RENDIMIENTO PAREJO
Aunque hay actuaciones sobresalientes de una que otra jugadora, el rendimiento de todo el equipo ha sido bastante uniforme. Todas las líneas de Divino Maestro se comportaron a la altura de las circunstancias. Las defensoras, las armadoras y las atacantes mantuvieron una regularidad que se evidenciaba en cada juego. Por otro lado, las lesiones para las “Divinas” no fueron un problema muy recurrente como si lo fueron para otras escuadras. Y eso ayudó también.

ZONA CLAVE
A pesar de lo dicho anteriormente, hay una zona vital en la cual Divino le sacó más ventaja a todos sus competidores: el centro. Y se debió fundamentalmente al gran momento que atraviesa la morena Clarivett Yllescas, quien ha experimentado un crecimiento notable en su juego. Los ataques que elaboraban las “Divinas” por la zona central por lo general las concretaba, casi infaliblemente, la también atacante de la selección juvenil, secundada además por Paola García, otra buena central. Allí, pensamos nosotros, radica en gran medida la contundencia de Divino Maestro, sin olvidar por supuesto el gran trabajo realizado por los extremos por Karla Ortiz, Angélica Aquino y Mabel Olemar cuando ingresaba.


INTELIGENTE REFUERZO
En el Clausura Escudero tuvo que improvisar a la chica Ramos como líbero y aunque no lo hizo mal, era evidente que para el tramo final del torneo tenía que reforzar ese puesto defensivo. Y lo hizo repatriando, por decirlo de alguna manera, a Vanessa Palacios, líbero de la selección adulta. La popular “Choco” transmitió seguridad y toda su experiencia en beneficio de su club. Fue una decisión bastante astuta contar con esta jugadora que no desentonó y aportó lo suyo para el título conseguido.


 


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