No se falta a la verdad cuando se afirma que todo nuevo proceso tarda un tiempo para cosechar los resultados esperados. También es cierto que no se le puede mandar a la guillotina al técnico Cristofani por la opaca participación de Perú en esta X Copa Panamericana. Pero lo que no podemos dejar de exigir es que las jugadoras, no importa el rival que tengan al frente, dejen todo en la cancha y, si pierden, vendan cara su derrota.
Pero lo que ofreció hoy Perú ante Canadá, en el partido que se jugaba el séptimo puesto del torneo, es sencillamente reprochable. Un equipo sin alma, ni ambición es la sensación que nos dejó este duelo. Distraídas en la defensa y la recepción, con ataques sobradamente predecibles y una nula reacción ante la ofensiva rival, la derrota era solo cuestión de tiempo.
Las canadienses, sin hacer mucho, solo sacándole provecho a su alto bloqueo, lograron una merecida victoria ante las nuestras con parciales de 25-21, 25-22 y 25-19. De esta manera, Canadá se ubicó en la séptima casilla del certamen, mientras que Perú quedó en el octavo puesto. Cabe recordar, que el año pasado las peruanas fueron subcampeonas de esta competición. Pero de ese equipo, el actual conjunto peruano no fue ni la sombra.
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