Mientras escribo estas líneas, o en el momento que usted los lea, no resulta difícil imaginarse la enorme desazón en la que estarán sumidos los aficionados de la selección brasileña de voleibol, quienes vieron hoy caer a su elenco en la final del Grand Prix ante el sexteto de Estados Unidos. Y si en esta parte de Sudamérica la tristeza es enorme, allá en Norteamérica la alegría es inmensa pues las estadounidenses han revalidado su título y, de paso, han conquistado su cuarta corona en este torneo.
Tal y como sucedió en las semifinales, en los que se pensaba que los partidos se iban a definir en cuatro o cinco sets, por la paridad de fuerzas de las escuadras que accedieron a esas instancias, finalmente –a pesar de lo reñido que fueron los sets en este cotejo entre norteamericanas y brasileñas- todo se decidió en tres parciales. Y las merecidas vencedoras fueron las pupilas de Hugh McCutcheon
El conjunto brasileño, que venía de superar a la actual campeona del mundo Rusia, no pensó encontrarse con un rival tan aplicado en defensa y tan letal en el ataque. La ofensiva liderada por Destinee Hooker y por Logan Tom funcionó a la perfección. Con gran destreza imponían condiciones frente al alto, pero por momentos lento, bloque sudamericano.
El primer set fue arduamente disputado, pero un par de errores de las ‘garotas’ fueron bien aprovechados por sus antagonistas para llevarse el parcial por 26-24. En el segundo, Brasil intentó equiparar las acciones, pero la buena labor defensiva de las ‘gringas’ frustraba a las atacantes brasileñas y, lo que es peor, eran convertidos en furibundos contragolpes que a la postre le valió a Estados Unidos para adjudicarse la manga por 25-20.
Las pupilas de Jose Roberto Lages tenían que jugarse todas sus cartas en el tercer juego. Conscientes de la situación en la que estaban salieron con todo para acortar distancias frente a su oponente. Pero cuando más lo intentaban, la respuesta de las norteamericanas era más contundente. Y lo fue más todavía en el tramo final del set, en el cual logró sacar cuatro puntos de ventaja que supieron mantener para posteriormente ganar la manga por 25-21.
De allí en más, saltos, abrazos, lágrimas y felicitaciones sucesivos en tienda estadounidense. Y no es para menos, han conservado el título logrado el año pasado y han sumado a su historial la cuarta corona en este prestigioso certamen internacional (las anteriores ocasiones en las que campeonaron fueron en 1995, 2001 y 2010).
He terminado este artículo, pero estoy seguro que en tierras brasileñas la tribulación continúa y continuará por muchos días más. Y claro, en suelo norteamericano el júbilo se prolongará también. Que Estados Unidos lo disfrute. Por lo que está pasando en estos días, se lo merece.
si brasil pierde..que tiene técnica, tecnología, garra y todo a su favor...fisico, etc...Se ve que a nosotros nos falta bastante para igual esas acciones...asi que por favor autoridades del deporte apoyo a esta disciplina ...que tantas alegrias nos dió y nos seguirá dando...
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