sábado, 5 de marzo de 2011

ASÍ DEBERÍA SER SIEMPRE




Suele ocurrir que en las instancias finales de cualquier torneo, sea el deporte que fuese, éste concita la atención de propios y extraños. Personajes públicos, políticos, o quienes aspiran a serlo, hinchas poco usuales y muchos otros “paracaidistas” llegan con la intención de sacar algún provecho de la coyuntura, pues saben que habrán cámaras de televisión y los flashes de los fotógrafos que, para muchos de ellos, son su única motivación para asistir a esos partidos.

Algo que nos llamó poderosamente la atención fue percatarnos de la presencia de Leyla Chihuán en el coliseo Manuel Bonilla hace un par de días en la final del Torneo Clausura. Se jugaba el encuentro preliminar de aquella jornada entre César Vallejo y Deportivo Alianza cuando de pronto varios hinchas se desentendieron del juego y corrían presurosos hacia un lugar determinado de aquel recinto. ¿La razón? La presencia de la ex voleibolista. ¿El objetivo? Tomarse una foto con ella. Hasta allí no hay nada de malo, por supuesto. Sin embargo, más allá de la vestimenta con la que fue (un polo naranja con el símbolo del partido que postula), nos sorprendimos ver a una de sus colaboradoras repartiendo volantes con las propuestas de “Ley” – dentro del mismo coliseo – sin mayor retraimiento. ¿Acaso eso no está prohibido? ¿O es permitido que en eventos de esta naturaleza se permitan actos de proselitismo político? En cambio, la “portátil” de la “China” Rosa Garcia –que también tentará una curul en el Parlamento – estuvo afuera del Bonilla regalando unos almanaques con fines electoreros.


Waldir Saenz estuvo alentando al "Depor".
 Así mismo, observamos también la presencia de algunos ¿ex? futbolistas, como es el caso de Waldir Saenz. El otrora goleador aliancista normalmente se ubica en la parte alta del coliseo donde ¿busca? pasar desapercibido por los aficionados. Además, en esta oportunidad uno de los más fuertes auspiciadores decidió enviar anfitrionas y preparar todo un ambiente propicio para que, aparentemente, todo sea un bonito espectáculo. Lo cierto es que sólo se trató de una estrategia más de esa empresa para posicionar su marca. Claro, está en su derecho desde luego.

Por otro lado, y es tal vez lo más triste de este asunto, es que los mismos medios de comunicación aquel día se multiplicaron milagrosamente, cuando es normal que sólo unos pocos - poquísimos para ser más exactos - cubran los encuentros de la Liga de Vóley. Ni siquiera el canal, o empresa como usted quiera llamarlo, que tiene los “derechos” de transmisión lo hace de manera sostenida. Ese día por ejemplo estuvieron allí, pero no lo transmitieron en vivo. Y eso que se trataba de la final de un torneo. Pero bueno, eso en el Perú no extraña demasiado, pues es sabido que es el fútbol el deporte engreído de la mayoría de los medios informativos.


La empresa privada se hizo presente para "apoyar" el torneo.
Pero aquel día vinieron bastantes periodistas, fotógrafos y demás. Algunos, cosa increíble, llegaron poco antes de finalizar el partido de fondo entre Géminis y Divino Maestro. Y lo más sorprendente, es que después como si nada empezaron a entrevistar a las jugadoras y técnicos como si se pudiese analizar un cotejo con sólo mirarlo 10 minutos. Pero bueno, cada quien hace su labor como quiere.

Finalmente, lo antes mencionado no es con la intención de criticar la presencia de estos “casuales” asistentes. Por el contrario, desearía que concurran con mayor frecuencia y no sólo sean unos oportunistas. El deporte peruano, y en este caso el vóley, necesita de todos nosotros para que, a través de una responsable difusión, vuelva a resurgir y librarse de ese lamentable olvido que ha sido víctima de parte de los dirigentes, medios de comunicación, inversionistas privados, políticos y, hay que decirlo, del aficionado en general. Ojalá las cosas cambien, aún estamos a tiempo.

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