miércoles, 23 de febrero de 2011

“DOÑA BÁRBARA” SACÓ EL LÁTIGO



Más estricta que nunca. La entrenadora de la selección peruana, categoría juvenil, Natalia Málaga, decidió separar a la líbero del equipo Maria Fátima Acosta por, según sus propias palabras, haber mentido respecto al permiso que solicitó.

¿Cuál es la trama de esta historia? Resulta que la voleibolista en mención había solicitado al comando técnico una licencia de dos días para hacerse unos chequeos ya que le había salido un bulto en el pecho. Natalia, confiando en la palabra de “Mafa”,  accedió sin problemas a otorgarle ese permiso. Vencido el plazo de la autorización, Acosta no cumplió con lo acordado. “El permiso era para el jueves y viernes de la semana pasada, pero lo que llamó la atención fue que no se presentó tampoco el fin de semana a jugar la Liga con el Géminis; estos dos días de entrenamiento tampoco asistió”, mencionó Natalia.

"Mafa" tendrá que hacer su descargo..
La indignación de la popular “Dona Bárbara” llegó a su clímax cuando al comunicarse con la referida defensora ésta la quiso sorprender con ciertas artimañas. “Maria  Fátima me quiso hacer agarrar de tonta, porque cuando le pedí hablar con el médico que la atendía, me puso a alguien que nuestro doctor, Jorge Huañec, detectó que no tenía nada que ver con su profesión”, mencionó la seleccionadora nacional.

Ante ello, Natalia Málaga tomó la determinación de excluir del combinado patrio a la líbero (es la única del equipo), quien es natural de Iquitos. Así mismo manifestó que no dará su brazo a torcer con esta medida tomada. “No la quiero ver más ni como amiga ni como jugadora. Ojalá la Federación respete y apoye mi decisión, al menos Mister Park está de acuerdo conmigo. Si eso no sucede, entonces no me hago problemas y renuncio”, acotó muy segura la ex medallista olímpica.

Por si fuera poco, el club Deportivo Géminis, donde juega Maria Acosta, al parecer también le impondrá algún tipo de sanción, la que se definirá en su próxima reunión de directorio - aunque extraoficialmente se supo que correría la misma suerte. Moraleja: Las mentiras tienen patas cortas. Todo se sabe al final.



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